miércoles, 16 de septiembre de 2015

Horarios.. ¿En bebés?

Foto extraída del artículo 
He parido un bebé, no un robot. Deberíamos partir de esa base y así quizá empezaría a sonar más extraño que la gente te pregunte "¿Y está despierto a las 2 de la mañana?" TOMA!! y a las 5 otra vez, y si me apuras a veces antes!
De verdad, si alguien en su condición de adulto es totalmente estricto en sus horarios y come, mea, caga y duerme cada día exactamente a la misma hora, que venga aquí y le doy un pin y un beso en cada mejilla!
Veo demasiado estrés en el mundo, demasiado ansia por querer tener el control de todo y domesticar desde bien pequeños. En general, de desnaturalizar cada proceso de la vida.
No entiendo por qué debería hacer acostumbrar a mi hijo, que no llega al mes de vida, que debe comer cada 3 horas, no antes ni después (salvo si es de noche, que así aprovechamos y dormimos todos un poco más), que debe dormirse sólo, sin brazos que le acunen, ni voces que le canten, o incluso un pecho que le ayude a relajarse comiendo hasta que caiga rendido. Y poco a poco, un sin fín de cosas más.
Que todo es mucho más sencillo, somos nosotros quienes en nuestra obsesión por poner unas pautas y unas normas nos frustramos cuando vemos que no lo conseguimos, y es que vamos a contranatura.
Y para despedirme, comparto un artículo que me ha parecido grandioso

http://m.bebesymas.com/lactancia/cada-noche-millones-de-mujeres-duermen-con-una-teta-fuera

lunes, 14 de septiembre de 2015

Hasta el gorro!!

Amigos, familia, gente de buena fé que ni conozco y en general, todo el mundo: Me tenéis hasta el gorro!!
Sí.. que esté llena de hormonas y de amor no quiere decir que no me pase el día despotricando mentalmente y aguantando el tipo (A veces parece que no me aguanto tan bien). Hace tiempo escuché que un estudio confirmaba que la gente que no se quejaba explícitamente era más feliz, es decir, podías pensarlo, pero no manifestarlo digamos que en voz alta y estaba demostrado que quien llevaba esto a la práctica ininterrumpidamente lo conseguía. Pues bien: prefiero ser menos feliz pero que no me salga una úlcera en el estómago, de ahí el nacimiento de este blog.
Y es que después de pasar día tras día escuchando opiniones no pedidas de todo el mundo, gente que comenta que estás haciendo esto y lo otro mal, que deberías hacer tal y cual cosa, y que "lo mejor es.. bla bla bla" acabas hasta la coronilla.
Todo el embarazo ha sido un trabajo de paciencia pura, pero parece ser que lo mejor está aún por llegar. Y es que todo el mundo opina que por qué no le doy biberón, que así es mucho más fácil, que total, tampoco pasa nada, si se crían muy bien así, y yo puedo estar más liberada. Pues sí, razón no les falta: es más fácil, podría dormir más y repartir la tarea de alimentar, además, mi pequeño grinchito se quedaría tan empachado que ni se inmutaría entre toma y toma, lo que me permitiría tener tiempo para mí, para la casa y casi para estudiarme otra carrera si quiero. Pero es que no quiero.
No quiero quitarle ese regalo a mi hijo, ese amor que puede recibir de mí, esos brazos que le acunan las horas que haga falta y porque realmente la naturaleza está diseñada así para algo.. ¿No? Y digo todo esto desde el punto más sutil y correcto que existe ahora mismo dentro de mí.
Pero dejando a un lado todas estas cosas, simplemente creo que es de lógica que nadie debería meterse en la vida de otras personas tan a la ligera y opinar de todo. No creo que deba seguir a rajatabla los consejos de la matrona, ni de la pediatra, ni de las sabias y expertas abuelas, ni de nadie, sino una mezcla de los conocimientos pero dirigidos por el sentido común y el instinto que no sé de dónde ni cuándo nace exactamente pero ahí está.
Y es que digo esto porque es una práctica habitual de la humanidad en general lo de meterse donde no le llaman a uno, y hay quien puede dejarse vencer finalmente por las opiniones o los malos consejos. Yo misma, la primera semana en casa caí en el error de darle biberón a mi cachorro por la noche porque me decían que no era normal que llorase cada dos horas y pidiese el pecho tan a menudo, y que era porque no tenía leche suficiente.
Aguanté 3 días, y la experiencia fue que mi pequeño parecía drogado durante 3 o 4 horas por la noche, apenas se podía mover del empacho y vale, sí, yo dormí esas horas seguidas. Pero si de verdad hubiese continuado con esa práctica es cuando poco a poco, a base de ir reduciendo las tomas por las noches mi producción de leche iría bajando progresivamente y ahi sí que es cierto que podría llegar a no general la suficiente leche, o puede que no, pero simplemente, estaría actuando en contra de mi deseo.
Un poquito más de respeto! Que lo de morderse la lengua, de verdad que aburre a cualquiera! 
Emoticono tongue

domingo, 6 de septiembre de 2015

Soy mamá!!


Llevo días queriendo escribir, pero de verdad, no encuentro ni el tiempo ni, sobretodo las palabras para poder describir estos momentos. Lo único que puedo asegurar es que estos últimos 18 días han sido los más bonitos de mi vida, pero no serán los últimos.
Y es que, el motivo de que no encuentre el tiempo para escribir es que tengo a mi pequeña ranita enganchada casi 24 horas al pecho. A Leo, mi bebé.
Es realmente indescriptible la sensación que te invade, todo el amor que de pronto sientes hacia esa personita que ha estado dentro de ti durante tanto tiempo (Casi 10 meses!!!). Y no logro entender las palabras que he oído en boca de tantas personas, hablando del cansancio que me espera, de las largas noches sin dormir, del gran sacrificio que supone: Para nada. Es decir, sí, claro que apenas duermo y que estoy considerablemente cansada, pero la palabra sacrificio me parece tremendamente exagerada.
Hace poco leía precisamente sobre esto en un blog de maternidad, y decía algo así "Sacrificio: Sacri + oficio = Oficio sagrado". No lo considero un oficio, ni lo considero sagrado, lo considero amor, lo más bonito que puedes experimentar en la vida, al menos del que yo pueda hablar. Y creo que hablo por mí misma, y no son las famosas hormonas del parto, que a saber dónde andarán ya!
Y en caso de que me equivoque y esa sea la razón.. Por favor, hormonas, no me abandonéis nunca. Me encantáis.
Nunca había estado tan enamorada de la vida.